A consecuencia de los eventos de 2003, Carlos Mesa se había
comprometido, dentro de la agenda de octubre, a llamar a una Asamblea
Constituyente, pero no le alcanzó el tiempo ni tuvo el apoyo necesario para
cumplir su promesa. Por su parte Eduardo Rodríguez, cuando le sucedió, tenía
por única misión organizar las elecciones generales. Por lo tanto le tocó al
gobierno de Evo Morales convocar a la elección de delegados a la Constituyente,
elección que tuvo lugar el 2 de julio de 2006.
De los 255 representantes electos, 139 eran del MAS, es decir que el
partido oficialista contaba con el 50,72% de los votos. Cincuenta correspondían
a PODEMOS, el partido del ex presidente Tuto Quiroga, y siete a Unidad Nacional
de Samuel Doria Medina. El resto se dividía entre varios partidos pequeños. Fue
una gran decepción para el MAS, porque estaban seguros de poder alcanzar los
dos tercios en la Asamblea.
Cuadro de Ejti Stih, que muestra la presidenta de la Asamblea Constituyente, Syvia Lazarte, aconsejada por el vice presidente del Estado, Alvaro García Linera. |
En consecuencia, los delegados del Movimiento al Socialismo hicieron
todo lo posible para que los artículos de la nueva Constitución Política puedan
aprobarse por mayoría del 50 + 1, a pesar de que la ley de convocatoria,
aprobada en marzo, requería de los dos tercios para ello. Primero se aceptó que
los dos tercios debían aplicarse solamente a “los artículos más importantes” – quién definía cuáles
eran, no se sabe − para luego reducirse a “los tres artículos más importantes”. El otro debate
interminable concernía la calidad fundadora o no de la Asamblea Constituyente y
si ésta debía hacer tabla rasa de todo lo anteriormente existente, o solamente
introducir cambios para mejorar la Constitución vigente.
La Asamblea Constituyente había inaugurado sus sesiones en el Teatro
Gran Mariscal de Ayacucho, en Sucre, el 6 de agosto de 2006, para empantanarse
en seguida en la discusión del reglamento de debates. Tardaría nueve meses,
antes que se empiece a discutir el primer artículo del proyecto de
Constitución.
Las cosas se
pusieron peor cuando la ciudad de Sucre, que si bien es la capital oficial de
Bolivia, no es la sede de gobierno, empezó a reclamar la “capitalía plena” que
había perdido en la Guerra Federal de 1900.
Por supuesto La Paz se oponía a esta ambición y organizó el 22 de julio de 2007 “el cabildo de los dos millones” con la consigna “la sede no se mueve”. Claro que no han participado dos millones de personas − La Paz no tiene tantos habitantes − pero había que ganar, por lo menos en retórica, al “cabildo del millón” organizado por Santa Cruz para defender su autonomía departamental.
El 23 de noviembre
de 2007, el ambiente en las calles de Sucre se había deteriorado al punto que
los asambleístas decidieron buscar refugio en el cuartel militar de La
Glorieta, en las afueras de la ciudad. Tres jóvenes sucrenses murieron este día
en La Calancha a consecuencia de la represión comandada por el ministro Rada.
En favor o en contra de Sucre capital plena; en favor o en contra de las autonomías departamentales. |
El colmo de la ironía se dio cuando los policías de la ciudad declararon
que no existían las garantías para su seguridad y decidieron retirarse de Sucre
en tropel, dejando los habitantes a su suerte y abiertas las puertas de la
cárcel de San Roque, quién sabe por razones humanitarias. Después de dar una
vuelta y visitar a sus familias, los presos iban a retornar por propia voluntad
a sus celdas el día siguiente. Los constituyentes en cambio tuvieron que
escapar de La Glorieta por el lecho de un río seco bastante accidentado,
después de aprobar el texto “en grande”.
El 10 de diciembre de 2007, pero esta vez en la Universidad Técnica de
Oruro, se aprobó finalmente la nueva Constitución “en detalle” al cabo de una
reunión con 164 asistentes que duró 16 horas, y a la cual se había “olvidado”
convocar a tiempo a los delegados de la oposición. La reunión consistió en
levantar la mano todos de manera sincronizada, después de la lectura veloz de
los capítulos y la enumeración de los artículos, come en “Artículo 24…
aprobado; artículo 25 … aprobado; artículo 26…”. Les debió
doler el brazo.
Sírvase informar, señor secretario. Aprobado, señora presidenta. |
Después de este ejercicio, el texto de 411 artículos fue modificado en
una comisión del Senado para eliminar los errores más obvios y corregir las
numerosas contradicciones. Fue sometido a referéndum el 25 de enero de 2009,
cuando ganó el SÍ. Nosotros no pudimos votar porque nos encontrábamos de visita
a la Universidad de Columbia en Nueva York. Tampoco voy a analizar aquí el
contenido de la nueva Constitución, existen muchas publicaciones al respecto,
hecha por gente mucho más meritoria que su servidora.
De todas maneras, la nueva Constitución sólo se aplica en los casos en
los que le conviene al gobierno. Todos nos acordamos de la declaración de
nuestro presidente: “Cuando me dicen que algo que quiero hacer va en contra de
la ley, le meto no más y después que lo arreglen los abogados, para eso han
estudiado”.
El MAS en acción
Desde sus inicios, el gobierno masista practica la descalificación
permanente y la persecución judicial de sus oponentes, sea porque jugaron un
papel en una de las gestiones anteriores y por lo tanto son considerados “neoliberales”,
sea porque podrían ser adversarios políticos en futuras elecciones. La justicia
está completamente sometida al ejecutivo y utilizada para llevar a cabo esta
caza de brujas. Ya hemos hablado de esto en anteriores capítulos.
Las dramáticas puestas en escena (en realidad son tragedias, con varios
muertos) como la del Porvenir en Pando o el caso del hotel de Las Américas en
Santa Cruz, la incesante propaganda oficial en los canales de televisión, las
extorsiones de los fiscales que después se fugan al extranjero y el azuzar
ciertos grupos sociales contra otros, también son métodos utilizados para
anular eventuales adversarios y opositores políticos. Por suerte existe amplia cobertura en la
prensa escrita sobre todo ello y se han publicado muchos libros al respecto, de
manera que no es mucho lo que yo pueda añadir.
El gran sueño del MAS parece ser transformarse en partido único, de
controlar cada vez más lo que sale en la prensa y especialmente en la tele, y
de mantener callada hasta su propia gente. Ya están bien advertidos los
diputados y senadores del MAS de que no tienen derecho a ser “libre-pensantes”
y que todo lo que se les pide es levantar la mano obedientemente para aprobar
las leyes que vienen desde arriba. El último escándalo que salió acerca de los
millones del Fondo Indígena no hace más que confirmar el despilfarro, la
corrupción, el abuso de poder y sobre todo el clientelismo, que han
caracterizado al gobierno del MAS en los últimos diez años.
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